lunes, 6 de febrero de 2012

La altura de mi ciudad.


                El principal tema de discusión en las calles sevillanas durante los últimos meses es, sin lugar a dudas, el de la Torre Cajasol. Más conocida como “Torre Pelli” (debido al nombre de su arquitecto), se trata de un rascacielos en construcción en la zona sur de la Cartuja y que se convertiría, en caso de que se logre finalizar, en el edificio más alto de la capital hispalense, con 180 metros de altura (casi el doble que la Giralda).
                La torre pertenece al grupo Cajasol, ahora Banca Cívica, y se trata de un espacio para oficinas, que contaría también con unas instalaciones  exteriores de cara a mejorar el sector servicios de la ciudad y fomentar un mejor comercio, dándole un lavado de cara a la Cartuja, que no cobra vida desde la Exposición Universal de 1992.

                Opiniones al respecto hay muchas, y es que cada sevillano tiene una manera diferente de ver los hechos. Hay algunos que opinan que la ‘esencia’ sevillana se perdería con la finalización de este rascacielos. El purismo arquitectónico, el espíritu clásico, mezcla de diferentes culturas y estilos artísticos se iría con este gran símbolo moderno y rompedor, demasiado rompedor para algunos…
                Por otro lado, se sitúa un importante núcleo de ciudadanos sevillanos, con ideas futuristas, de progreso, de avance social y modernistas, cansados ya del tópico de Sevilla y hartos de ver como muchos nos siguen viendo como “gente con arte” que viven en una ciudad de caballos, señoritos y mujeres flamencas. Esa es solo una pequeña imagen de nuestra gran ciudad.
                Sevilla es tecnología, formación, avance y comunicación. Sevilla es parte fundamental para el progreso de nuestro país y una pieza clave en investigación y desarrollo. Sevilla puede estar orgullosa de ser pionera, ser punta de lanza que amotina a toda una sociedad que no se queda en el pasado y que trabaja y lucha por el futuro.

                De este modo, se piensa que con esta construcción, sobre las que casi ningún sevillano recibe intereses económicos directos, es positiva, ya que puede ofrecer otra imagen de esa ciudad que tanto conocemos nosotros pero que tan poco conocen los de fuera. Se piensa que es posible una ciudad donde podamos ver un contraste nítido y precioso entre la majestuosidad de sus monumentos clásicos, armonía de su centro histórico y el ambiente puro de sus tradiciones milenarias y la otra Sevilla innovadora, tecnológica y futurista, situada en la Nueva Cartuja, donde a partir de esta nueva torre, puedan construirse multitud de comercios, exposiciones y demás edificios con la tarea de fomentar mayor empleo, mayor turismo y mayores oportunidades para la formación de esta nueva sociedad.

                En lo que se refiere a la Torre Pelli, y con la intención de dar algunos datos significativos, supone la creación de empleos en la construcción durante al menos 2 años más, y, una vez finalizada, más de 40 empresas locales, nacionales o internacionales se beneficiarán de ella, así como casi 2000 personas. Y como digo, esto solo sería el principio, ya que si se acatara la idea de una mini-ciudad empresarial en la Cartuja, serían muchas las multinacionales que ordenaran construir en Sevilla grandes sedes, y por consecuencia, lograr una mayor avance de nuestra ciudad.

                Pero de momento el presente es el que hay, y me temo que decisiones como la de la UNESCO de amenazar a Sevilla con quitarle el título de Patrimonio de la Humanidad aun pesan mucho. Pero yo, como ciudadano que soy, protesto y me indigno, ya que me parece injusto e ilógico que una Organización Mundial tenga que decidir sobre cómo le gusta que esté MI ciudad… Sevilla es para los sevillanos.


Julio Chávez, en Sevilla a 7 de febrero de 2012.


Aquí adjunto fotos de la futura torre y de pancartas a favor en la misma obra.





jueves, 19 de enero de 2012

Algún que otro sentimiento.

Yo, que he sido marinero y he navegado imperecedero por lugares recónditos y lejanos,
me he encontrado un mundo sin bandera, de ladrones y paganos. 
Pero ahora que te conozco, ni siquiera el más malvado me parece ya villano. 

Yo, adentrado en mil historias, expuesto a batallones y dañado por sables enemigos, 
me he dedicado a averiguar cuál es mi sitio, sin comprobar si estás conmigo.
Pero ahora que te conozco, no encontrarte es un castigo.

Y tras tantas aventuras, ahora me toca un nuevo reto.
Mi destino son tus labios, y me lanzo sin respeto.

El efecto que produces, me tiene adicto y perturbado,
yo también he sucumbido; yo también me he enamorado.

Y si pretendes que te olvide, prefiero morir ahorcado,
porque traicionar esto que siento, no solo es un pecado.

¡Que viva el Amor, que vivan sus protagonistas!
¡Que viva el Romanticismo, que vivan los inconformistas!
¡Que mi patria ya no es ésta! ¡Que me quemen por traición!
Que mi patria está en tus ojos, que me causan devoción.

Julio Chávez, 19/01/2012

viernes, 6 de enero de 2012

¿Qué somos? ¿Dónde estamos?

Recientemente vi un video en internet que me hizo pensar. Este mostraba el tamaño de nuestro planeta en comparación con otros que se habían hallado en el universo, e incluso se puede ver el tamaño de nuestra gran estrella, el Sol, en comparación con otros soles de otras galaxias. El resultado es insultante. Ridículo. Con lo poco que conocemos del universo todavía, podemos ya afirmar que nuestro planeta es pequeño, aunque nos parezca grande. En él, habitamos nada más y nada menos que siete mil millones de personas (7.000.000.000), cada cual con su particular historia, sumando a ese número el de otros tantos miles de millones que han existido y hoy no están.

Pero hoy lo que quiero exponer es otra cosa, y es que aunque no hayamos encontrado vida inteligente más allá de nuestro globo terráqueo, es evidente que tiene que haberla, y eso nos plantea diversas cuestiones: ¿Cómo son? ¿Nos buscan ellos a nosotros? ¿Saben que existimos? ¿Nos evitan? Ni mucho menos quiero parecerme a aquel presentador que cada madrugada con voz siniestra analiza casos tremebundos y dignos de estudio, pero sí quiero pensar que fuera de aquí existen miles de planetas, quizá millones, con vidas muy inteligentes, muy superiores, muy avanzadas, con tecnologías, sistemas de comunicación, de transporte, de reproducción o de nutrición muy distintos al nuestro. Y quizá también existan planetas con civilizaciones más atrasadas que la nuestra, pero totalmente distintas. Y, ¿por qué no? Nunca nos hemos planteado seriamente la posibilidad de que habiten en un mismo planeta, dos tipos de seres, ambos inteligentes, que se repartan de buena gana, o no, la totalidad de la zona habitable. Me explico con un ejemplo. Imaginad que en la Tierra, en vez de existir únicamente los seres humanos, existen otros seres (llamémosles seres terráqueos, por ejemplo) cuyos organismos físicos no cumplen ninguna similitud con los de los seres humanos. Poseen otro sistema de reproducción, de nutrición, desarrollo, sistema comunicativo (quizá no verbal), y lo que sería más llamativo: otra apariencia externa totalmente diferente a la humana. Pero también viven aquí. Y no nos resulta extraño porque lo llevan haciendo millones de años al igual que nosotros.

Puestos en este caso, la historia, casi seguro, nos hubiera dicho que ha habido varias guerras para que unos seres dominaran a otros y al final hubo dos desenlaces: unos dominaron a los otros, o bien, se repartieron equitativamente el planeta para convivir en paz. Piensen ahora, si son avispados, qué les dice a ustedes que esto no pase actualmente en un recóndito lugar del universo, o en más de uno. O incluso, si quieren pensar más de la cuenta, les propongo que se lo planteen con más de dos seres, como tres o cuatro.

Es asombroso, frustrante e instructivo pensar que sabemos tan poco cuando se trata del universo, del todo, y que solo sabemos una pequeña parte de lo que tenemos aquí, que es minúsculo. Por todo ello, las teorías sobre qué hay fuera de aquí son infinitas. Muchos dicen que dentro de nuestro propio planeta habitan seres extraterrestres infiltrados en la sociedad, a modo de espías inofensivos (o no) para saber qué hacemos, cómo lo hacemos y por qué. Si esto es cierto, me gustaría saber lo que piensan ahí fuera de la frenética vida de un humano.

Otras teorías llaman más la atención, y nos empujan a creer que haya lo que haya ahí fuera, no es bueno. Y no lo dice un ‘Don Nadie’ precisamente, sino el mismísimo Stephen Hawking, quien advierte que ojalá nunca seamos encontrados por foráneos, ya que sería el fin de nuestra especie. En mi humilde opinión, quiero pensar que se equivoca, porque por muchas diferencias que haya entre ‘nosotros’ y ‘ellos’, aunque así suene cómico, no elimina un principio básico: o vienen de buenas, o vienen de malas. Y me parecería sorprendente que toda una especie se convierta en enemiga de la nuestra por el hecho de contactar con nosotros, en vez de intentar posibilitar una comunicación. Aunque referido a esto último, y si lo pensamos, las posibilidades de establecer una vía comunicativa entre nuestra especie y otra son remotas o nulas, ya que el sistema comunicativo sería abismalmente distinto, y aunque, en un caso hipotético se parecieran en algo (comunicación verbal), también sería casi imposible ya que no habría ningún ser con vida capaz de entender ambas lenguas.

Como es obvio, no he querido meter el apartado de la religión en este artículo porque jamás he encontrado necesidad de confrontarla con la ciencia, y es que, bajo mi punto de vista, todo lo que estamos imaginando hoy con estas sencillas palabras, es perfectamente entendible por un religioso (sin importar la religión) como por un ateo.

Piensen entonces, y como conclusión, lo que supondría el contacto entre los seres de nuestro planeta y los de otros, eviten pensar que es imposible y, sobre todo, abran las puertas a la imaginación, que es el mejor arma que poseemos nosotros… ya saben, los seres humanos.

Julio Chávez, en Sevilla a 07/01/12.

¿Guerra? (primavera 2011)

A la luz de los acontecimientos sucedidos en el país libio y viendo la situación provocada por los 40 años de dictadura en el país, el mundo entero se ha volcado en una ofensiva militar contra el gobierno de Muammar Gaddafi para conseguir el cambio democrático en el país africano y conseguir verdaderos derechos para la población de Libia, la cual está en contra del mandatario, que solo es respaldado por otros países minoritarios, por mercenarios y por un escaso porcentaje de la población libia.

Aún con estos objetivos, hay ciertos políticos y personas en el mundo que piensan que esto no debe producirse debido a que ya se trata de un conflicto bélico y supone la pérdida de vidas humanas. Por eso, nos preguntamos ¿de qué forma pretenden entonces acabar con Gaddafi? Si la respuesta es dialogando, sólo hace falta que se den cuenta de la realidad en la que vivimos y en los comunicados que ha transmitido el líder libio:

-"Mi pueblo morirá por mí"

-"Os arrepentiréis..." - (a los aliados)

¿No se dan cuenta que no piensa parar hasta seguir en el poder? El mundo necesita democracia, necesita que el pueblo decida lo que quiere hacer con el rumbo de su país y averigüen por sí mismo que medidas establecer y que gobernante poner al mando.

En mi opinión, siempre que se trate de buscar DEMOCRACIA, la guerra es justificada, de hecho, no hay que llamarlo 'guerra', habría que llamarlo 'la lucha por y para el pueblo'.

Julio Chávez, en Sevilla. Primavera de 2011.

Situación general del mundo (marzo 2011)

Viendo el panorama actual internacional en los diferentes aspectos que lo engloban, nos vemos obligados a hacernos una pregunta: ¿Qué le pasa al mundo? (Definiendo mundo como conjuntos de todas las personas y cosas que habitamos el planeta Tierra).

A pesar de la simplicidad de la pregunta, la respuesta no es nada fácil, puesto que variando de la temática de la que hablemos, varía considerablemente, y no es por ponernos negativos, pero esto no es obviamente un artículo para hablar de lo que sí va bien en la Tierra.

Económicamente, la situación actual del mundo no es del todo estable, ya que, aunque pasada la crisis de 2008 (no en todo el mundo, pero sí en gran parte de él) vemos que la igualdad económica entre los diferentes países y continentes es abismal y es motivo de pobreza para millones de personas en todo el mundo, que no tienen siquiera un trozo de pan que llevarse a la boca. Ni la ONU, ni las ONG, ni los gobiernos, ni la gente ni todo el dinero del mundo parecen poder aliviar el número de muertos cada año por desnutrición y enfermedades que aquí en nuestro país se curan con una simple vacuna. Pero sobre economía podríamos escribir libros, como de hecho se hace, por lo que continuemos con el análisis de otros aspectos.

Políticamente, el mundo vive actualmente en un período de cambios totales, centrándonos sobre todo en África, debido a las revueltas que desde comienzos de año han empezado a echar sistemáticamente del poder a los dictadores que desde hace lustros gobernaban con tiranía a sus pueblos y se regocijaban con dinero perteneciente a sus gentes. Esto, sin lugar a dudas, es algo positivo, debido a que la mentalidad de los países más extremistas (no todos) está variando conforme pasan los años, aunque algunos, y me incluyo, ya habíamos perdido la esperanza de este cambio en la mentalidad social.

La sociedad avanza, y con ella sus ideales, ideales nuevos y con ideas de progreso, con ganas de llenar sus respectivas democracias de derechos hasta hace poco inexistentes, y eso provoca que cada día el pueblo pida más y el ‘gran jefe’ tenga que oírlo. Sin embargo, en pleno siglo XXI vemos como ciertos gobiernos se empeñan en luchar contra el avance y las libertades de sus propios ciudadanos, y nos sorprende saber, por ejemplo, que un país como China, una de las principales potencias económicas del mundo y con más de 1.300.000.000 de personas bloquee miles de páginas webs al año y privatice internet a sus ciudadanos, de forma que, por ejemplo, durante los disturbios producidos hace unas semanas en Egipto, la misma palabra ‘Egipto’ y todo lo que conllevaba en los buscadores como Google, estaba bloqueada para todos los usuarios de internet en China.

Como conclusión y debido a la imposibilidad de afrontar todas las temáticas mundiales actuales, podemos estar seguros que se avecinan tiempos de muchos cambios a lo largo y ancho de nuestro planeta, cambios políticos, sociales, tecnológicos y climáticos. Pero de lo que a partir de ahora podemos estar cien por cien convencidos que no cambiará será que el poder de todo un pueblo puede derrocar al villano más poderoso.

Julio Chávez, en Sevilla, a 16 marzo de 2011

miércoles, 14 de diciembre de 2011

De tu viejo amigo, el corazón.


Viejo amigo, esta poesía que hoy corre por nuestras venas es solo el comienzo de las largas y complejas historias que nos acecharán en el camino. Sé fuerte, sé valiente, no temas, tú anda, camina siempre creyendo en el futuro y luchando por él. Mantente fiel siempre a tus raíces ya que tus hijos las poseerán en la sangre. Jamás mires atrás, tan solo mantén vivo el recuerdo de años pasados con un amor especial, debido a que aquellos momentos te han llevado hasta aquí. Viejo amigo, tú camina, camina que no estás solo, camina porque este es solo el comienzo de una gran andanza. ¡Estás ante el gran desafío de la vida!

18-08-11, un día antes de cumplir 18 años.

Julio Chávez

martes, 13 de diciembre de 2011

Buena pregunta


¿Qué sería de nosotros? Me explico. Tengo 17 años y dentro de muy poco alcanzaré la mayoría de edad. El tiempo pasa rápido y las relaciones que mantenemos en la actualidad (amistades, amoríos, conocidos y desconocidos) nos ayudan a hacer un intercambio de experiencias indispensable para la formación, madurez y desarrollo de la propia persona.
Pero cuán egoístas somos que, cuando nos paramos a pensar qué será de nosotros en 20 o 30 años, de repente desaparecen todas aquellas personas de la actualidad y solo nos vemos a nosotros mismos, postrados en un bonito lugar, con un bonito trabajo y una bonita familia. ¿Y aquellas personas que han servido de eslabones para que pudiéramos llegar hasta ese futuro? O incluso podemos preguntarnos por aquellas otras que simplemente estuvieron de pasada (miles de personas sin que nos demos cuenta) pero que sin saberlo han variado de manera kilométrica nuestros pasos en la vida.
¿Qué sería de nosotros, sin ese primer amor que tuvimos y nos llenó tanto, amigo mío? Y ¿qué me dices de aquel tipo que un día nos presentaron y con el que solo hablamos un par de veces pero cambió nuestro modo de ver muchas cosas? ¿Cómo nos iría ahora mismo sin él? Quizá gracias a esas conversaciones con “aquel tipo” cambiamos de vocación profesional y ahora somos millonarios, o todo lo contrario… Aquel cartero que te saludaba, aquel conductor que estuvo a punto de atropellarte sin querer y evitaste por milímetros, aquella amiga que guardaba tus secretos pero que al cabo de los años no sabes ni dónde vive.
Pues todos ellos siguen habitando contigo. Todas y cada una de las personas que intervinieron en tu vida desde el momento en que tu padre conoció a tu madre, hasta el día en el que vives actualmente, viven dentro de ti, conforman tu vida, han modificado, sin ni siquiera notarlo, tu modo de ver el mundo, tus sentimientos, tus miedos y tus ideologías, entre otras muchísimas cosas. E incluso si queremos rizar el rizo, podemos imaginar tales cosas como que gracias a que tu tatarabuela enfermó 3 días cuando era adolescente, conoció al hijo del médico que sería tu tatarabuelo y de este modo fue posible tu vida y la de otras muchas personas…
Es impresionante, ¿no crees? El ser humano me sorprende, particularmente, por su complejidad, por su manera de actuar y de influir en otras personas y lo que es en definitiva; la comunicación. Se dan cuenta cómo sería el mundo si los siete mil millones de personas que habitamos el planeta hablásemos una misma lengua… Piénsenlo a menudo, reflexionen sobre cosas de este tipo, es, cómo mínimo, interesante.
Y al igual que en nosotros han influido, influyen e influirán miles de personas, nosotros mismos hemos variado, modificado y trastornado muchas otras vidas, y no solo la de nuestros padres y más allegados, sino personas a las que probablemente por decirles por la calle algo así como “oiga, se le ha caído el monedero” hemos ayudado a que consigan un trabajo o hagan el viaje de su vida, en el cual conocerían al amor de su vida…
Sobre este tema se pueden escribir, y de hecho se han escrito, miles de libros, pero parece que aún la humanidad no se ha dado cuenta que el destino se encuentra en cada acción que hacemos, y que muy probablemente, los tres minutos que has empleado en leer esto permitan que la próxima vez que salgas a la calle te puedas cruzar con alguien que cambie tu día… o el resto de tu vida.
Julio Chávez, 30-06-11.